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Los Orígenes

El 14 de enero de 1894, La Sra. Cruz Grigera de Naón, descendiente directa del fundador de Lomas de Zamora, Don Tomás Grigera, donó un predio de su propiedad gesto que fue imitado por Jorge y Albino Rávena, quien obsequió un terreno lindero, para construir el edificio. La piedra fundamental se colocó el 6 de Mayo de 1894 en la esquina de Rivera y San Juan (hoy José María Penna). La inauguración y bendición se concretó el 6 de enero de 1898 con el nombre de Sociedad Asilo Amor Maternal.

El edificio constaba de 5 pabellones: un oratorio, oficina de secretaría, salón de estudios, comedor, salón para dormitorio de los niños, dos habitaciones para las religiosas, enfermería e instalaciones sanitarias, despensa, lavadero, pozo sevisurgente, jardín, huertas, patios rodeados de galerías.

De la administración del Asilo se hicieron cargo las Hermanas Del Rosario.

 

La llegada de las Hermanas Azules

Violentos acontecimientos políticos, son la matriz desde donde se gesta la presencia de las hermanas Azules en América Latina, en Argentina. El Dios Providente, Señor de la historia, hará surgir nueva vida, allí donde se veían signos de muerte.

A partir de 1876, en Francia, surgen nuevos ataques contra el catolicismo y comienzan a ponerse en práctica una serie de medidas anticlericales. En 1880 se prohíbe a clérigos y religiosos la enseñanza en establecimientos y casas religiosas; se tiende a laicizar toda la vida de la nación. En 1901 se abre una nueva era de persecución, más violenta aún, contra las congregaciones religiosas dedicadas a la enseñanza. La Ley Combes, de ese mismo año, prohíbe la enseñanza a las congregaciones no reconocidas oficialmente; muchos institutos, entre ellos el de las hermanas Azules, presentan solicitudes de reconocimiento, pero el Ministerio Combes lo niega a todos indistintamente. Luego prohíbe la enseñanza a todas las congregaciones en general.

Entre 1903 y 1904 se cierran más de 2.000 centros de enseñanza. Las órdenes religiosas son disueltas, los bienes son confiscados.

En la Congregación, desde el 19 de julio de 1902 hasta el 19 de enero de 1905 se cierran 17 casas. La Iglesia y el estado francés rompen relaciones y se dictan leyes por las que las Hermanas deben retirarse de sus comunidades y entregar sus casas, en las que vivían cerca de la gente y trabajaban para ganarse la vida. Por este motivo, una a una, las comunidades llegan a la Casa Madre y aquí se organizan, pero ¿Cómo vivir todas allí? ¿Cómo ganarse la vida y alimentarse? La pobreza se hace sentir.  La opción es: dejar de vivir en comunidad y de ser religiosas, o dejar la patria y partir al exilio. Es un momento muy difícil, viven una situación de mucha inseguridad, pero lentamente la vida les va abriendo posibilidades y la opción es clara: partir. “No temen ni a las privaciones, ni al exilio”. En 1903, un grupo de Hermanas parte para España, al año siguiente, en abril, las recibe Italia y a los pocos meses ¡América! Y el 22 de Diciembre de 1904, tres débiles jóvenes, dejaron la querida casa y la venerada y querida Madre. Sor Casimir, Francine y Leocadie atravesaban el océano que ponía una enorme distancia entre ellas y las personas queridas. La ruta, el viaje se les hacía largo, iban a lo incierto, a lo desconocido y no olvidaban que iban a poner las bases de una obra….

El 14 de Enero de 1905 llegaba la emocionante hora de desembarcar en Puerto Argentino. El sol estaba radiante, pero ninguna cara conocida. Sin embargo las esperaba el Sr. Lahore, padre de una de las Hnas.: Domitille, y hermano de la hermana Sophie. También las esperaba el cura párroco de Lomas de Zamora El Padre Emilio Ailloud, sacerdote francés, con el sacristán quien presentó la carta del párroco a Sor Francine.

Ya en tierra Argentina el primer grupo de la Congregación se cobijó en casa de la familia Lahore. Luego de algunos meses de conversaciones con el cura de Lomas decidieron la fundación de la obra de la Inmaculada Concepción en estas hospitalarias tierras, cuya bandera tiene los colores simbólicos de las hijas de la Inmaculada: el blanco y celeste. Al día siguiente tomaron el tren para Lomas y fueron recibidas por dos señoras que formaban la comisión y se instalaron en la modesta casa que les habían alquilado en Laprida 356.

No conocían el español que era el idioma nacional, sin embargo a los quince días debían abrir un colegio. No se echaban atrás, sufrieron mucho, dudaban de sus capacidades para el éxito de la obra, pero Dios había puesto en sus caminos al cura francés que siempre allanaba sus dificultades, las aconsejaba, las ayudaba y las animaba sin reproches.

 

Las Hermanas se hicieron cargo del Hogar

Luego de  5 años, en Octubre de 1910, llegan de Francia la Madre Madelaine como Superiora y las hermanas Marie Philomene, María Dolores, y Euphasie que con la Hna. Gervasio que ya estaba en Lomas desde 1905, reemplazaron a las Hnas. del Rosario en la administración interna del Asilo dependiente de la comisión de Damas Vicentinas.

Asumen la obra en Febrero de 1911. En 1912, con las Hnas. Azules y con nueva capilla en el Asilo (según lo manifiesta el cura y Vicario Emilio Ailloud en nota de puño y letra del mismo que se adjunta) se solicita al Obispo de La Plata autorización para erigir el Vía Crucis en la mencionada nueva capilla. Solicitud que fue aceptada por el Pr. Juan N. Terrero. Si bien el Hogar es Obra del pueblo y de las Damas Vicentinas, son las Hnas. Azules, las que imponen su sello peculiar, de acuerdo con el carisma de la Buena Madre: sencillez, amor a los pobres, servicio, espíritu de familia. Durante mucho tiempo el Hogar funcionó en un vetusto edificio oscuro, poco acogedor. También las chicas usaban uniforme gris con medias negras, que no respondía a la alegría de una vida que se iniciaba y que muchas veces, les resultaba dolorosa.

El Hogar brindaba alojamiento, instrucción y formación espiritual a las niñas sin amparo, y el crecimiento de sus actividades llevó a construir nuevas dependencias, no solo para brindar mayor comodidad a las pequeñas asiladas, sino también para el dictado de cursos de tejido, lavado y planchado, corte y confección etc.

La inauguración de estas obras de ampliación tuvieron lugar el 23 de Diciembre de 1927. También en ese año, el 2 de Julio, ya retirado de su parroquia fallece el Padre Emilio Ailloud sacerdote francés que tanto ayudó, protegió y tuvo que ver con las Hnas Azules. Se desempeñó como párroco de Lomas en los años 1902 a 1920, y sus restos fueron inhumados en el atrio de la iglesia Nuestra Señora de La Paz, como homenaje a su ministerio y a las generales simpatías que suscitó.

La obra de las Hnas. Azules seguía creciendo, las dificultades que debían atravesar eran grandes, se necesitaba una gran confianza en la Providencia para mantener el grupo de internas que cada día era mayor. Trabajo y oración se aunaban para conseguir los medios, algunas donaciones, subvenciones, ventas, rifas, permitían hacer frente a las dificultades económicas. El grupo de formadoras allí presentes, brindaba a las chicas una atención continua. Como decía la Madre St. Clément en una de sus cartas: “Las hermanas tienen que hacer de padre y madre para muchas niñas que por diversas circunstancias se mantienen alejadas de sus familiares.” De estos tiempos se recuerda a las Hnas.: Emmeline, Martianne, Donnatienne, St. Charles y Lucienne Marie.

Las internas y algunas externas realizaban al principio sus primeros estudios en el Hogar rindieron sus exámenes a la escuela Nº 1. También funcionaba en el Hogar (según testimonios de vecinos que concurrieron) una especie de guardería que atendía tanto a niñas internas como externas. Como Madre superiora estaban la Hna. Magdalena sucedida luego por la Madre Benedicto y después por la Superiora San Agustín, como maestras recordamos a las Hnas. M. Filomena, Maria Dolores, M. Eufrasia, Ligoria, M. Margarita y M. Eduardo; como maestra de corte Hna. Cesaria; como maestra de planchado Hna. San Miguel y como Maestras de labores Hnas. Leticia, Teodora y Emelina.

A fines de 1947 de acuerdo con la Circular Nº 14 del Consejo Gral. de Ecuación se modificaba el Reglamento para las escuelas privadas (se adjuntan algunas fotocopias del Registro de instrucciones y observaciones de la Dirección de la escuela). Por tal motivo en los años siguientes las internas siguieron sus estudios en los colegios del estado de la zona. Pero desde 1956, la Escuela reabre sus puertas y vuelve a funcionar nuevamente en este Hogar Amor Maternal. La Madre St. Climent lo comunica a la Provincia en su carta del 16 de Junio de 1956 diciendo: “En Lomas (Hogar) se ha abierto el curso primario interrumpido desde hacía años. El número de niñas no permitía más ser asumido por la Escuela cercana y creaba un problema”, como el edificio fue rejuvenecido, fue suficiente una ayuda recibida de la Municipalidad para poder instalar la escuela. Ésta no solo instruía a las internas sino también a numerosas externas. Meses tras meses había ido aumentando el alumnado. En la escuela primaria que volvía a abrir sus puertas en el Hogar se realizaba una tarea ardua e intensa, una hermosa lucha diaria. Día tras día continúa intensificándose la preparación educativa y religiosa y el año 1958 sorprende con un número considerable de alumnos deseosos de recibir educación.

Al festejar las bodas de Oro del Hogar Amor Maternal, el día 27 de Noviembre de 1960, la Madre St. Clemént reconoce la herencia que recibieron de tantas Madres y Hnas. que lucharon y sufrieron en esta casa ayudadas por las oraciones de todas, y expresa el deseo de ver funcionar pronto un curso comercial en el Hogar, a fin de dar tanto a las internas como a las externas una formación más útil. Nacían nuevas inquietudes y grandes proyectos, la idea de contar con una Cooperadora. Era necesaria la ayuda de los padres y se realizó un primer encuentro entre padres y maestras por el bien de los niños, en el que se planteaba una tarea que sería lenta y difícil pero que confiaban y esperaban que se seguiría adelante. Poco a poco el Hogar fue cambiando su faz, no solo en el aspecto edilicio sino, sobretodo, en el de institución. La escuela crecía, las barriadas se poblaban, los chicos acudían numerosos en busca de educación. También la Iglesia en 1962, iba a cobrar incremento por los múltiples beneficios espirituales que derramaría en las almas, el nombramiento de la capilla de nuestro Hogar Amor Maternal como Nuevo Centro del Apostolado de la Oración (así lo solicitaba la Madre Superiora San Carlos en su nota del 19-3-62 a Monseñor Carlos Cremata. El viernes 6 de Abril de ese año el Director Diocesano Monseñor Carlos E. Cremata, erigió en la Capilla del Hogar un centro de esta Pía Unión, eficacísimo instrumento del ministerio apostólico moderno. El Rdo. Padre José Skerbec, Capellán de este Hogar, con su habitual abnegación y celo apostólico, preparaba este Centro. Con tal motivo, fue nombrado Director del mismo. 

 

En el año 1965 estando como Reverenda Madre Superiora Sor María Josefa y gracias a la dedicación y empuje de Sor María del Rosario, se crea el anexo Secundario y Comercial con el nombre de “Instituto San José” con miras a proporcionar a los alumnos un mayor conocimiento para abrirse paso en la vida. En principio era como un secretariado, y acompañadas por la Hna. María del Rosario las alumnas fueron a rendir los exámenes solicitados al Comercial de Temperley, motivo por el que se autoriza a este Instituto establecer la modalidad de Ciclo Básico Comercial. Comienza a funcionar para ambos sexos con personal competente. La Catequesis figuraba como primera preocupación y en tiempos de la Hna. Ana María se obtiene una subvención de los Obispos norteamericanos para sueldos de catequistas y la creación de becas para las internas del Hogar.

En el colegio comenzaba a funcionar una comisión formada por Padres de alumnos y exalumnos compuesta por un Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero, Revisor de cuentas y vocales. El Presidente y el Vicepresidente eran nombrados por la Madre Superiora y los demás miembros de la comisión en Asamblea General. De todos modos todos los padres de los niños que concurrían a esta escuela, por el solo hecho de tener sus hijos en la misma, pertenecían a la Unión de Padres de familia.

Con gran esfuerzo de la comunidad se realizó una Kermesse, que culminó con resultados bastante satisfactorios, que permitieron adquirir una máquina de coser de usos múltiples, con la que la misma Madre Superiora María Josefa confeccionó los nuevos vestidos de las internas que ya no usaban uniformes grises y medias negras sino unos vestidos floreados muy sencillos y alegres. También se confeccionarían los uniformes del colegio y ropa de comunión para internas y externas a costos bastante reducidos, lo que significaba una ventaja económica para los padres de los alumnos. Durante este año, también de acuerdo con directivas de la Reverenda Madre, se comenzaba a hacer entrega de los conceptos de los alumnos en forma mensual con el fin de lograr un mayor entendimiento y acercamiento entre alumnos, padres y docentes, para lo cual hubo una gran concurrencia y óptima impresión entre los padres, pues de esa manera seguirían de cerca la educación de sus hijos. Se efectuó la rifa de una batería de cocina y con lo recaudado se adquirieron libros para una próxima y futura biblioteca y máquinas de escribir cuya adquisición resultaba imperiosa.

En 1967, el colegio del Hogar contaba con 364 alumnas de las cuales 35 estaban en infantil, 240 en primario, 89 en Comercial (56 eran internas y 25 medias pupilas).

La Madre Superiora María Josefa contaba que con las maestras laicas,  las hermanas se llevaban muy bien, que eran muy responsables y trabajaban muy unidas. También decía que las internas tenían serios problemas familiares: huérfanas (las menos), abandonadas por el padre o la madre y algunas por ambos y otras de padres separados que se disputaban las hijas y había que cuidar que el menos bueno, no raptara a su hija del colegio. La Madre María Josefa y las Hnas. trataban de reemplazar en todo lo posible a esos seres queridos como una madre o un padre, darles un ambiente familiar, cuidar lo que se hablaba para no herirlas, lo que tenía sus dificultades pues también era necesaria la disciplina. Pero por sobre todo querían darles una formación profundamente cristiana que las preparara para ser el día de mañana sal y levadura de los ambientes en los que iban a tener que actuar.

Entre las externas había menos problemas y dificultades, el ambiente en el colegio era muy lindo, familiar y sencillo, las niñas eran bastante dóciles, con las travesuras indispensables de la edad por lo que las hnas. y maestras laicas hacían todo lo posible para formarlas. Por las mañana funcionaba el primario y el infantil, y por la tarde el comercial. El personal docente estaba compuesto en su mayoría por laicas, una Hna. Maestra por la mañana y una Hna. Profesora por la tarde secundada esta última por nueve señoritas.

La catequesis estaba a cargo del Padre Capellán para el curso del secundario y el resto por hermanas y maestras.

Además contaba la Madre Superiora María Josefa que sin darse cuenta se había formado una bolsa de trabajo ya que se habían presentado personas a pedir empleadas domésticas por un lado y por otro, mujeres que necesitaban trabajar, entonces fue tomando nota y fueron varias las personas ubicadas. Comentaba también que los días domingos se daba clases de catequesis para los chicos del barrio que no eran alumnos de la escuela y querían hacer su Primera Comunión. Las internas formaban parte de la Legión de María de la Parroquia, asistían los sábados a las reuniones y luego cumplían con el trabajo apostólico que se les designaba.

En el año 1968, tras una serie de trámites, presentación de documentos, y largas conversaciones, considerando que un estudio aún más completo, brindaría a nuestros jóvenes mayor oportunidad para ubicarse en el mundo del comercio y la empresa, se cambia la modalidad de “Ciclo Básico” por la de “Perito Mercantil Nacional” título con el que egresaban los alumnos, de este establecimiento. Con la amplia colaboración, entusiasmo y apoyo de la Madre Superiora María Josefa, las Hnas. y la Unión de Padres de Familia, surge la urgente necesidad de hacer obras, se reforma el Altar, se crea la biblioteca cuyos muebles son hechos con las maderas del altar primitivo, y comienzan los trámites para hacer el gimnasio. Se realiza la rifa de un coche que deja una importante recaudación. También festivales, pequeñas fiestas,  Kermeses, etc. Todo esto permite, en el año 1969, continuar con fuerzas la construcción del gimnasio. Se abrió una puerta sobre la calle José María Penna, por donde entraría el secundario. Se construyeron baños y se hicieron arreglos en el comedor.

En el año 1971 deja su mandato la Reverenda Madre Superiora María Josefa, y su sucesora, quién dio confianza, apoyo y orientación para seguir realizando obras en este querido colegio fue la Hna. Ana María.

El incesante trabajo de las Superioras María Josefa y Ana María acompañadas de las hnas. y padres de familia, no paraba. La construcción del gimnasio techado había demandado mucho dinero y una serie de complicaciones, que por supuesto, con mucho trabajo, trámites, ayuda, perseverancia y Fe se lograron superar. La Madre Superiora Ana María sostenía siempre: “Primero la comida de las pupilas, luego los sueldos de los profesores, sobretodo de los que viven de este sueldo”. En esos tiempos algunos de los docentes donaban su sueldo para contribuir a ayudar a las internas y al colegio (gesto que resalta y enorgullece a la Hna. Ana María al consultarla para escribir este relato).

 

En 1973, se remodelaron los dormitorios de las pupilas, y se adquieren doce camas gemelas para mejorar la comodidad de las niñas que aquí se albergaban. En el colegio ese año, el trabajo y esfuerzo estuvo concentrado en la construcción del escenario de material, que permitió que todos los festejos y celebraciones pudieran realizarse en nuestro colegio. Como en otras circunstancias se contó con la colaboración del cuerpo de profesores, maestros, la unión de padres de familia  y todo el personal de la casa. El escenario quedó inaugurado el día 7 de Julio de 1973 con una serie de actos en donde fundamentalmente el Señor Obispo de la Diócesis Monseñor Desidero E. Collino procedió a bendecir e inaugurar este escenario que constituyó el basamento del Salón de Actos.

Comenzaron a cobrar importancia las actividades deportivas y con ese fin se adquirió un cronómetro “Troika”, pelotas de vóley y hándbol, y se alquilaban micros para llevar en distintas ocasiones a los alumnos a los lugares de competencia. En Noviembre de 1973 (se adjunta nota) el Instituto San José intervino en la Olimpíada Diocesana donde por mayor puntaje se quedaba en posesión hasta el año siguiente de la Copa Junta Regional de Educación.

Los aires nuevos que aportaba el concilio llegaron hasta este Hogar, la comunidad trabajaba y se esforzaba en vivir en el amor, en el compartir diario no solo del trabajo, sino sobre todo de la oración, de las penas y las alegrías de aquellos que estaban cercanos. La Comunidad Religiosa trataba de estar abierta e integrada en la Iglesia local de la que es parte.

En Mayo de 1976, la Hermana Ana María que hasta ese momento ocupaba el cargo de Superiora del Hogar es reemplazada por la Hna. Patricia María (se adjunta nota enviada a la Sociedad San Vicente de Paul)

En el mes de Junio de 1975 y hasta  principios de 1980 se trabajó por  la remodelación de la capilla. También como adhesión al año Mariano se construía en la esquina de Rivera y José María Penna, una ermita para colocar allí la imagen de la Virgen de Luján, para que esa imagen fuera una invitación a la oración. El día 9 de Julio de 1980 se procedió a la entronización de la imagen de la Virgen de Luján y se rindió un homenaje a la Patria en su día. Se encontraban presentes: abanderados y escoltas de las banderas Argentina y Papal, alumnos, personal docente y directivo, padres, la Madre Superiora, Hnas., y vecinos. Se invitó a Monseñor Desidero E. Collino a presidir la entronización y la concelebración de la Santa Misa en la capilla del Hogar recientemente remodelada (se adjunta documentación). En la biblioteca del colegio se encuentran las fotos recordatorias de este día.

Aproximadamente en el año 1982, se realizó la instalación de gas en todas las aulas y se colocaron estufas.

A mediados de la década del 80 se realizaron los arreglos del patio descubierto, se sacaron los árboles, se levantó el piso para hacer desagües y se colocaron las cloacas. Se arreglaron los baños, se dejaron las galerías donde se encuentran las aulas y se colocaron mosaicos en todo el patio. Por estos años se encontraba como Madre Superiora Sor Bernardita.

Cuando se produjeron las inundaciones del año 1985, al igual que en la de fines de la década del 60, el colegio y las Hnas. dieron asilo a una gran cantidad de inundados: madres y niños, que permanecieron por aproximadamente 15 días, en los cuales el trabajo de las hermanas, por parte del personal docente y padres de alumnos fue incesante. También con ayuda de la Municipalidad y los vecinos, se les dieron colchones, ropa y comida. Una vez más la comunidad del colegio y las hermanas se encontraban en su lucha por los más necesitados.

En el año 1988, las hermanas con el propósito de mejorar el funcionamiento de ambos establecimientos, resuelven separar los sectores del edificio destinados al Hogar y al Colegio. Al mismo tiempo, la comunidad religiosa busca formas más eficaces de prestar sus servicios. Con el fin de incrementar la atención personalizada y lograr en el Hogar un clima de familia, se introducen innovaciones metodológicas de las que resulta la creación de grupos de niñas más reducidos. Asimismo deciden remodelar el sector en donde en su momento fueron reacondicionados los dormitorios de las internas, que conjuntamente con los dormitorios de las hnas., quedaban alejados de la cocina, ya que  debían atravesar el gimnasio cubierto. Por esta razón se decidió cambiar de lugar el escenario y colocarlo dentro del mismo gimnasio pero enfrente, en donde estaba la cocina.  Está fue trasladada al lugar donde estaba el escenario, y así quedó unido todo el sector de las hnas. y pupilas con los dormitorios, baños, comedor, cocina, sala de estar, un salón común en el que realizaban actividades manuales y festejos, y un parque en el que desarrollaban actividades recreativas, todo esto para uso exclusivo del Hogar, con el propósito de disponer de espacios adecuados a las necesidades de las niñas.

También en este año se fundó, en una casa contigua a este Hogar Amor Maternal, el Hogar Nuestra Señora de la Paz. La Comunidad de Hnas. Azules que trabajaba en ambos hogares, estaba formada por seis miembros. En cada uno de los hogares se desempeñaban tres hnas.: la directora y responsable de la comunidad religiosa y dos hermanas que tenían a cargo distintas funciones y tareas.

De acuerdo con el proyecto institucional, en los Hogares Amor Maternal y Nuestra Señora de la Paz, ingresaban niñas y adolescentes a partir de los cinco años y permanecían hasta su egreso planificado ó proyectado. En este año, el grupo de internas de ambos hogares estaba formado por 32 niñas, de las que 17 (las más chicas) estaban en el Hogar Amor Maternal y 15 (las más grandes) en el Hogar Nuestra Señora de la Paz. (La bibliografía referente a los datos estadísticos generales de procedencia, ingreso y demás características de las niñas de ambos hogares, se encuentra en la biblioteca de este colegio en los archivos destinados a los 100 años de las Hermanas Azules).

Las encargadas de la dirección de estos dos Hogares hicieron estudios relacionados con la docencia y la educación de niños  y adolescentes en distintas áreas, principalmente la catequesis. La mayoría ha tenido experiencias previas en el trabajo con niños y adolescentes en colegios, algunas también en trabajos barriales, otras, en zonas marginales.

En el sector del edificio que quedó destinado al Colegio con el propósito de mejorar el funcionamiento general, también continuaban las reformas y los cambios. Se remodeló toda la parte que daba a Pereyra Lucena donde funcionaba jardín de infantes. Se levantaron paredes, se realizaron diferentes arreglos y quedó reformado y distribuido de la siguiente manera: una portería, una administración, sala de espera, salas de jardín de infantes, baños, parque con juegos y una huerta para los más chiquitos, salón interno cubierto, salida al patio con galerías donde se encuentran las aulas, Dirección y Secretaría del Primario, y despacho de los Representantes Legales. También por estos años la entrada del alumnado y del personal, comenzó a realizarse por Pereyra Lucena, por eso se había instalado allí un hall de entrada, portería, sala de espera y demás dependencias mencionadas recientemente.

En el año 1989, la Comunidad Religiosa de este Hogar Amor Maternal, siguiendo en la búsqueda de formas más eficaces de prestar servicios a ambos sectores (Hogar y Colegio) de introducir innovaciones metodológicas, y dedicarse más a lo pastoral, deciden que la Representación Legal y la Dirección del colegio quede en manos de laicos, perteneciendo siempre a las Hnas. Azules y siguiendo con la misma formación espiritual.

En el año 1993, directivos y docentes de esta Institución, fueron comprendiendo la importancia de educar a los niños y jóvenes, no sólo desde lo conceptual, sino fundamentalmente desde los hechos. Experimentar vivencias en la adolescencia pareció que podía marcar el perfil solidario, capaz de poder poner en práctica la asociación de la palabra con la acción. Y es así como se gesta de a poco el espíritu Misionero de Emilie de Villeneuve (Madre fundadora de las Hnas. Azules). La comunidad educativa eligió escuelas carenciadas para esta tarea, porque sintió que estaban más desprotegidas y con menos posibilidades para su desarrollo.

Año a año, a estos lugares que se mencionarán a continuación, llegó la ayuda, las vivencias, el intercambio de ilusiones y el trabajo solidario del Grupo Misionero del Instituto San José:

 

1993 – Depto. De Ibicuy (Entre Ríos) - Escuela Nº 29, Puerto Perazzo

1994 – Esquina (Corrientes) - Escuela N° 629

1995 – Saladas (Corrientes) - Escuela N° 533 Paraje Pago Pirú

1996 – Saladas (Corrientes) - Escuela N° 533 Paraje Pago Pirú

1997 – Departamento San Vicente (Misiones) - Escuela N° 535 Colonia Río Victoria

1998 – Saladas (Corrientes) - Escuela N° 533 Paraje Pago Pirú

1999 – Saladas (Corrientes) - Escuela N° 533 Paraje Pago Pirú

2000 – Departamento de Misiones Laishi (Formosa) - Escuela Nº 94, Colonia Ituzaingó

Escuela Nº 309, Rincón Ñandú - Escuela Nº 403, Laguna Gobernador

Escuela Nº 439, Colonia San Antonio

2001 – Departamento de Misiones Laishi (Formosa) -Escuela Nº 94, Colonia Ituzaingó

Escuela Nº 309, Rincón Ñandú  - Escuela Nº 403, Laguna Gobernador

Escuela Nº 439, Colonia San Antonio - Escuela Nº 456, El Naranjito

2002 – Partido de Lomas de Zamora - Comedor Infantil “Padre Vasco” Villa Centenario

Partido de Alte. Brown  - Comedor Infantil “Niño Feliz” Rafael Calzada

2003 – Pcia. de Buenos Aires - Capilla Santa Clara de Asís Domselaar

2004 – Pcia. de Buenos Aires - Capilla Santa Clara de Asís Domselaar

2005 – Pcia. de Buenos Aires- Capilla San Francisco Javier. Ctro. Misional María Auxiliadora Ciudad de Ramallo

 

Tratando de vivenciar día a día el carisma azul, desde el proyecto educativo la institución busca permanentemente la formación integral de la persona en sus dimensiones bio-psico, afectiva, social y religiosa con una visión ética y cristiana del hombre y de la sociedad. En este sentido y para asegurar la formación de cada educando sin distinción de condiciones, en un marco de respeto mutuo es que integramos niños y adolescentes con necesidades educativas especiales.

Actualmente la institución cuenta con 898 alumnos. Al Hogar Amor Maternal asisten 95 niños y niñas a las salas de 2, 3, 4 y 5 años en el nivel inicial, y 559 alumnos y alumnas a los cursos de Educación General Básica.

Al Instituto San José concurren 244 jóvenes que decidieron cursar alguna de las dos modalidades que se implementan actualmente: Economía y Gestión de las Organizaciones y Comunicación Arte y Diseño.

Las actividades extracurriculares agrupan una gran cantidad de ofertas que responden a los intereses de los alumnos y alumnas que concurren a la institución. Algunas de ellas son: fútbol, hándbol, arte, informática, teatro, gimnasia, danzas, ajedrez.

En ocasión del festejo de estos primeros 50 años, los alumnos y alumnas de 6to año de Educación Primaria Básica, con la ayuda de sus maestros y profesores especiales, escribieron y musicalizaron el Himno del Colegio, que, como se lee en sus versos, expresa el espíritu de esta comunidad que intenta día a día “educar con bondad y ternura” viviendo el mandato de nuestra fundadora Emilie de Villeneuve.

Búsqueda, selección y redacción por Olga Rodriguez

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